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martes, 4 de enero de 2011

Música y creatividad
La experiencia musical se puede resumir en: escuchar, moverse, cantar, tocar instrumentos y crear música. En la medida que una persona mejora en estos aspectos va afianzando y perfeccionando su percepción con respecto a la experiencia musical, y su repertorio de canciones y materiales musicales constituirá la base de una mayor habilidad en el movimiento, la ejecución instrumental, canto, creación, y por encima de todo, la audición.
El niño/a continuamente esta creando formas nuevas de comunicación, y el afecto estimula estas creaciones. Manipulando los objetos es como aprende a conocer las formas, a escuchar los sonidos que puede producir,… Son vivencias placenteras, que además de colaborar en la capacidad creadora, conducen a educar la sensibilidad y a desarrollar la capacidad y las cualidades necesarias para la escucha. Se pretende descubrir comportamientos espontáneos y conducirlos de tal manera que tomen la forma de una auténtica invención musical.
Para desarrollar la escucha activa, se han de aplicar técnicas encaminadas al desarrollo de la creatividad (reflexión en grupo, torbellino de ideas,…). En primer lugar a la persona en la experiencia directa, en la escucha, y partir de ella, preguntarle, e incitarle a que describa sus vivencias en relación con la música. Cuando la experiencia musical es educativa y consciente, está en relación con los sentimientos, la imaginación y la invención, entonces la música llega a crear en la imaginación imágenes visuales.
La expresión musical desarrolla capacidades auditivas (percepción de sonidos, timbres, intensidades, ejercicios que potencien la escucha y la creatividad,…), capacidades rítmicas (juegos rítmicos) y las capacidades vocales (juegos con la voz)

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